sábado, 2 de mayo de 2015

El perfil del profesor, el Capitán Trueno y la carabina de Ambrosio


Empleemos la estrategia de visualización. Ahí tenemos a nuestro profesor, a nuestro Capitán Trueno en el aula. Hemos de verlo como el dechado de todas las virtudes que aparecen en esta presentación. Veamos: comprende el mundo que lo rodea, es autónomo, tolerante, comprometido, responsable, fuerte, inteligente, resuelve problemas, trabaja en equipo, desarrolla una competencia sana, está capacitado para enfrentar cualquier situación (insisto: cualquier situación), domina conceptos y teorías actualizadas, afianza su identidad personal y profesional, cultiva su autoestima, posee una cultura general, traduce en su quehacer educativo la política y legislación vigente, planifica, organiza, dirige, evalúa y controla situaciones de aprendizaje, posee capacidad de expresión, de afecto y de cooperar con los demás en todas (digo bien, en todas) las actividades humanas… y muchas más cosas, tantas competencias y cualidades que dejan apabullado a todo el elenco de genios que son, han sido y serán en la historia de la humanidad. ¿De verdad que alguno de nosotros piensa que esta retahíla de virtudes es algo más que la carabina de Ambrosio, un sarcasmo inútil?

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