viernes, 1 de mayo de 2015

El hada de los tres deseos


Iba yo caminando por la acera, pensando en las muchas carencias que tengo como profesora. ¡Hay tantas formas de enseñar, motivar e inspirar a los alumnos que yo desconozco!... Bueno, en realidad, no conozco casi ninguna. Y este pensamiento me desesperó. Entonces me tropecé con el  hada de los tres deseos que me dijo que le pidiera tres ídem que pudieran aliviar la angustia que me embargaba.  Me miró sonriente, como sólo saben mirar las hadas, y me soltó a bocajarro:
-          ¿De  qué manera querrías formarte para ser la mejor profesora del mundo?
-           ¡La mejor profesora del mundo! - exclamé incrédula.
-          Aún mejor que Nancie Atwell  -dijo con ironía.
Y empecé a pensar.
 
 

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